BUENOS MUCHACHOS


Desde hace un tiempo, mis hijos, Sandro, Macarena y Alain, se han convertido en mis mejores compañeros y amigos. Con ellos voy al cine, juego Playstation, salgo a comer un buen sanguchón, reímos de chistes, escuchamos música, nos pegamos con alguna serie de TV etc, etc. Los tres ya son adolescentes y eso me permite tener las más deliciosas y frívolas conversaciones. Casi conscientemente, evitamos dialogar sobre temas adultos. No hablamos de política ni de guerras ni del calentamiento global ni de Magaly TV. Esos temas “trascendentes” que usualmente encuentras en una reunión de trabajo, en un té de tías o en una cena muy formal, no los tocamos. Hablamos de cine, de música, de Internet, de juegos de video, de fútbol, de comics, de dibujos animados, de dónde se hace el sanguche más grande en Lima, del último chiste o broma hecha a algún amigo, etc, etc. Cada uno tiene su propia personalidad y cada uno me enseña diariamente a ser mejor persona. Cada uno demuestra sus talentos y los comparte.

Alain es el menor y es absolutamente enamoradizo (ya tiene un año con su enamorada). Juega muy bien al fútbol, pero sobre todo Counter Strike, un juego en línea sobre comandos y operaciones militares. De hecho ha participado en varios campeonatos con su equipo. Algunas veces me he metido a jugar con él y siempre termino muerto. También domina mucho el Winning Eleven (fútbol en Playstation), aunque últimamente nos medimos bien. Claro siempre tendrá su nemesis en mi buen amigo Eduardo, quien en una inspirada noche lo goleó. Alain atribuye esta derrota al cansancio, a que no tenía ganas de jugar, a que una mosca se le cruzó en el camino. Nunca, pero nunca va a decir que perdió. Más bien se dejó ganar por respeto al tío Eduardo. Gran fiestero (que no es lo mismo que juerguero), Alain es absolutamente sociable y se convierte fácilmente en el alma de la fiesta. Eso sí, no fuma ni toma. Dice que no lo necesita, él es Alain.

Macarena está trabajando en el Restaurante Tony Roma’s como anfitriona y le va bastante bien. Suele trabajar de noche, por lo que duerme hasta muy tarde. Mi mamá, que suele venir a visitarnos, se queja de que no deberían dormir tanto. Puede ser, pero la verdad es que ya llegará el momento en que se vean obligados a levantarse temprano. Mientras puedan darse el lujo de marmotear, pues que lo hagan. Macarena es sumamente cariñosa y responsable. Si sale a comer con Alex, su enamorado, pues no se olvida de traerme algo de comida. No sé si lo paga ella o Alex, pero lo cierto es que me engríe bastante. Es fanática de la serie Dr. House y fue ella quien me la recomendó. De hecho actualmente duda entre estudiar Arquitectura o Medicina, todo a causa de House.

Sandro es el mayor. Siempre se ha caracterizado por ser un tipo silencioso. Cosa que preocupaba a muchos. Sin embargo, y en eso mis compañeros de colegio no me van a dejar mentir, yo también lo era en su momento. Además, conmigo se mete unas loras bastante largas. Toca guitarra, estudia animación 3D y es un gran dibujante. Además, le encanta el cine y tratamos de ver todo lo que esté en cartelera. También revisamos muchas películas en DVD. Hace unos días nos mandamos una maratónica sesión viendo JFK, la versión extendida de casi tres horas. Además, compartimos el mismo gusto y fanatismo por series como 24, Héroes y Scrubs. También House, pero ya comenté que el vicio nos lo contagió Macarena. Y Los Simpsons, pues Homero y compañía se han convertido en un vicio familiar.

Los tres son mis mejores críticos y es su voz la que realmente tomo en cuenta a la hora de hacer algunos trabajos, entre ellos Talk Show. Los tres se divirtieron y están orgullosos de la película. Eso es algo que muchos, basándose en el libro gordo de teorías cinematográficas, no comprenderán nunca. Mis hijos me han enseñado a que no existen teorías. Existen sensaciones.

Ahora que se van a vivir a Canadá en diciembre, soy consciente que va a ser duro para mí dejarlos ir. Ellos aún no lo asimilan y el propio Alain no está muy convencido, pese a que todos les decimos que es lo mejor para su futuro. Es una lástima que el extranjero sea un mejor futuro para un peruano, pero finalmente es la verdad. Yo también emigré a Chile en su momento. Si hubiera tenido la oportunidad de ir a Canadá probablemente lo hubiera hecho. Aún así es difícil. Dicen que uno tiene que estar preparado para cuando los hijos vuelen solos. Sin embargo, es difícil prepararse para eso a los 38 años. Cronológicamente ese momento debería llegar mucho más adelante. Es cierto, yo me adelanté en todo, pero a veces pienso que igual es injusto. Sobre todo ahora que tienen una edad en la que uno empieza a disfrutarlos como amigos. En momentos como este uno desearía haber pasado mucho más tiempo con ellos. Sé que les va a ir muy bien en Canadá. Son excelentes chicos, buenos muchachos. Los voy a extrañar mucho.


Foto 1: Los Ventura: Sandro, Alain y Macarena en improvisada sesión de fotos.

Foto 2: Y Dale U: Alain cuando jugaba para las divisiones menores de Universitario de Deportes. Al final se aburrió de la desorganización del club. Una lástima.

Foto 3: Pulgos: Siempre alegre, Macarena con sus engreídos los pulgos: Groucho, Chico y Harpo, los primeros en irse a un espacio más grande.

Foto 4: Slow Hand: Sandro, o Nito para los amigos y familiares, mostrando su destreza en la guitarra. Actualmente prefiere tocar clásicos rockeros de AC/DC, Chuck Berry, Nirvana, Guns and Roses entre otros.


"Para mi, el cine son cuatrocientas butacas que llenar". (Alfred Hitchcock)

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