DISPAROS A MATAR


Críticas y anti críticas. Es decir, el crítico que critica al crítico que criticó un espectáculo. Mmmm. A ver, vamos a entrar en onda. Esta es pues una suerte de crítica al crítico que criticó al crítico que criticó un concierto. Y seguramente la respuesta o la crítica a mi crítica no tardará en llegar. La crítica siempre ha existido y no es infalible. Es una opinión y hay que tomarla como tal. Claro, no faltan los criticones que en su búsqueda de ser rebeldes, explosivos, incisivos, etcétera, etcétera, lo que hacen es poner adjetivos, insultar, descalificar. Eso no es una crítica si no un acto irresponsable y condenable de publicar lo que se dice con el hígado.

En estos meses, un nuevo fenómeno está apareciendo en lo que a crítica se refiere. Me refiero a la crítica de conciertos. Obvio, hasta hace unos años no teníamos recitales que comentar o al menos no con la constancia de hoy. Tomen nota, en lo que va del año: Metallica, The Cranberries, Dream Theatre, Caetano Veloso, UB40, Beyonce, Guns N Roses, Franz Ferdinand y siguen más… Conciertos con miles de personas, quienes luego hacen comentarios válidos con su apreciación.

Hay quienes se molestan por las críticas, pero también los que se ciegan ante conciertos olvidables, regulares o más sencillos que espectaculares, por decirlo de alguna manera. Acaba de suceder con Guns N Roses. Un esperado espectáculo que llegaba a Lima luego de un accidentado paso por Latinoamérica. Y accidentado, por tardanzas, problemas de voz, divismos. El principal causante: Axl Rose. Estábamos avisados. Pero igual, tercos, estábamos ahí. El resultado: el eco de una larguísima noche de rock con muchos baches en el camino.

¿Está mal criticar? Si es con honestidad y teniendo al cerebro como líder y no al hígado, pues creo que no. Es difícil hacerlo, pero creo que se puede. ¿Lo de Guns merecía cierto ensañamiento? Pues en parte es comprensible, no fue un concierto malo, pero tampoco fue memorable. Por eso las críticas que he leído finalmente han recogido en su mayoría el sentir de parte de un público asistente agotado ante los engreimientos del cantante y decepcionados por las fallas en su voz.

Eso salvando algunas aburridas discusiones que incluían elucubraciones bastante lamentables y ensañamientos gratuitos. Que si Slash es mejor, que si Axl está gordo, ¿ser o no ser Guns? Incluso hubo burlas por una caída de Axl en Colombia, un simple accidente. ¿Acaso Steven Tyler de Aerosmith no se desbarrancó del escenario? ¿Eso los convierte en cantantes mediocres o de escaso talento? Para nada. Pero obviemos esas rabietas sin sentido y volvamos a los análisis reales.


¿La gente que pagó su entrada no tiene derecho a quejarse si algo no le gusta? El internet lo permite con mayor intensidad y por eso el carga montón ha sido inevitable. No soy un fanático de las críticas, al contrario, he sido víctimas de ellas y me he defendido. Además puedo decir que disfruté, después de todo, el concierto de Guns. Sin embargo, creo que la queja de muchos es justificada. Yo he leído críticas negativas exageradas y positivas aún más exageradas. No se trata de descalificar un evento, se trata de ser honestos (y respetar la sensación u opinión de tu vecino).

Yo vi a Guns n' Roses en Chile hace 18 años y más allá de lo musical (qué sabíamos iba a cambiar) hubo algo que me decepcionó de los Guns 2010. Dejemos lo de la tardanza de Axl como una simple anécdota, que bien pudo originar lógicas críticas (muchos padres fueron orgullosos con sus hijos y éstos no aguantaron la espera... pueden decir que no era un espectáculo para chicos, pero ¿un espectador de 10 años con entrada en mano no tiene el mismo derecho de ver el espectáculo que uno de 40?). Centrémonos en el concierto: pese a lo afianzada de la banda (creo que demostraron que son buenos músicos, algunos más que otros) lo cierto es que mi sensación final fue que no hubo una entrega real. Es una opinión personal. De repente otros se sintieron seducidos. De repente yo estaba cansado. No lo sé, lo cierto es que no me pareció un gran concierto. Y ojo, no lo comparo con el de 1992. Al contrario, era consciente de que estaba con otro grupo, con otra banda. No esperaba la misma voz, no esperaba el mismo espectáculo. El tiempo pasa. De hecho, a mí me agotó estar en un concierto hasta las 3 de la madrugada. Seguramente un espectador y crítico más joven o en mejor forma debió saltar hasta el final.

Sin embargo, creo que mi principal problema, o lo que me desvinculó del show, es que en varios momentos no escuchaba la voz de Axl, pues era tapada por la música (felizmente impecable en su ejecución)... ¿Problemas técnicos? No lo sé. Igual fue raro. La falta de presencia vocal me distanció. La mayoría aceptó la falta de miembros originales de la mítica banda y llegaron al Monumental entusiasmados y dispuestos a escuchar la inconfundible voz de Axl Rose. El problema es que en muchos momentos, muchísimos, no la escuchamos. Si a eso agregamos la fría y desafiante actitud del vocalista, pues es comprensible la desazón. Me tragué esa pose rebeldona cuando era un chiquillo, pero vamos, volvemos a que el tiempo ha pasado. Una cosa es ver a un chiquillo rebelde y otra a un cuarentón intentando serlo.



Definitivamente este es otro Guns. ¿Que está mal que hayan venido? Para nada. ¿Qué fue un concierto mediocre? Nada más lejos que la verdad, hubo grandes momentos (sobre todo cuando Axl soltaba la voz o el detalle de Bublefoot de tocar el himno nacional). Pero seamos sinceros tampoco fue el mejor concierto del año. Y eso no tiene nada que ver con el hecho de que no haya venido Slash o que quien esté sobre el escenario sea un cuarentón barrigón. Peter Gabriel, Kiss, Depeche, Dream Theatre, Metallica también eran cuarentones o cincuentones e igual han dado espectáculos soberbios. ¿Decir que Guns no estuvo en un nivel superlativo o inolvidable está mal? Creo que no y eso es una simple opinión.

Por ahí han preguntado si uno puede afirmar que un concierto fue 500 veces más bueno que otro. Pues pienso que sí. Así como uno puede opinar de política, de fútbol, de música, de cine, de teatro… Tener una posición y hacer un comentario positivo o negativo (pero ojalá bien sustentado), es normal. ¿Dónde está la anomalía? Todos tenemos gustos individuales, los cuales derivan en opiniones. No hay que ser conocedor para opinar, sólo hay que tener respeto y tolerancia con la opinión ajena. Y sobre todo no arañarse, ante comentarios distintos a los nuestros.

A mi particularmente los comentarios sobre el concierto de Guns me parecen respetables. Casi todos. Hay a quienes les gustó y lo entiendo, a otros les pareció regular y los entiendo, y a otros malísimo y también los entiendo. Lima ha visto espectáculos tan grandes que quizás nos estemos poniendo exigentes y eso está bien. Ya no nos conformamos con poco. Queremos más y mejores cosas. ¿Eso es malo? Pues no lo creo.
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