HAZME EL FAVOR...

Dos convocatorias acaban de llamar mi atención. Ambas poseen algo parecido a un slogan tan singular (por no decir barato) como ingenuo: “Ya lo saben amigos, promocionemos el cine nacional en esta pantalla con llegada a todo el mundo”, dice uno. El otro: “Háganle llegar este mail a sus amigos que deseen mostrar su arte a los demás”. Coincidentemente ambos mails provienen de negocios privados. La primera convocatoria proviene de un canal de televisión online que obviamente necesita contenidos. La otra de una pollería en busca de promoción (la convocatoria proviene del departamento de marketing de Pollos Roky’s).

Imaginemos por un momento que no nos dedicamos al tema audiovisual. A ver, a ver. Juguemos al doctorcito. Somos médicos ¿ok? Doctores como los de “Scrubs”. Sí, como los de la serie de TV que, dicho sea de paso, me encanta. Somos nuevos y claro estamos a prueba. Somos “internos” o como diríamos por acá: practicantes. Es decir, no ganamos mucho (algo se nos paga, al menos así es en la serie), pero aprendemos ¿cierto? Ahora imaginemos que después de practicar y de haber operado una y otra vez, estamos listos para seguir ascendiendo, tanto a nivel profesional como económico. Pero, ¡oh sorpresa!, nos topamos con una convocatoria de una clínica que nos dice que tenemos que operar a una serie de personas. Eso sí, todo nuestro conocimiento y talento adquirido es gratis. Es decir, ellos nos hacen el favor de conseguir pacientes para que sigamos y sigamos y sigamos practicando, mientras ellos ¡oh segunda sorpresa!, cobran por la operación y ganan cierto prestigio ante la sociedad. Y nosotros ¿acaso ya no habíamos aprendido? Bueno, digamos que no hay muchos pacientes. Imaginemos que una extraña bendición ha hecho que se reduzcan las enfermedades. Entonces la clínica nos brinda los suyos para que podamos compartir nuestro arte con el mundo. ¡Qué buenos que son!

Hacer un corto demanda un gran esfuerzo, tanto profesional como económico. Es autofinanciar nuestra propia operación y aplicar todo lo aprendido. Perfecto, hay que pagar piso, nadie dice que no. Por allí establecemos una gran diferencia con los internos, ahora doctores, de “Scrubs”. Una vez terminado el trabajo, es natural querer difundirlo, pero hacerlo sin recibir nada a cambio, cuando quien brinda "la oportunidad" sí lo hace, me parece un error. Es necesario convencer a las nuevas generaciones de que el trabajo audiovisual es una profesión. Y como cualquier otra debe ser remunerada. Ya bastante hacemos con financiar o ingeniárnoslas para realizar un corto, para que luego venga alguien que, digamos, sin darse cuenta quiera sacar provecho del asunto.

Entiendo que el mercado de la exhibición de cortometrajes sería nulo en nuestro país de no ser por esfuerzos sin fines de lucro como “La Noche de los Cortos” y que proyectos como “Nómadas” son admirables por su afán de llevar largometrajes peruanos a pueblos alejados y sin posibilidades de ver cine. Pero no confundamos las cosas. Esta bien que haya grupos o personas que traten de incentivar o sacar adelante proyectos como los mencionados. Pero de allí a que empresas o personas quieran hacerlo con una intención adicional (me refiero al aspecto económico o al de marketing y promoción), sin pagar es bastante cómodo y facilista.

Por ejemplo, si un canal, sea de Internet, cable o televisión abierta, emite un cortometraje completo, ¿no sería lo indicado pagar una regalía, aunque sea mínima, por el producto emitido? Que yo sepa ni siquiera el canal del Estado lo hace. Hasta donde sé, “El Placer de los Ojos” emite cortometrajes, adquiriendo contenido gratuito para el programa. Muchos cineastas celebran esto y aplauden al único programa que le da cabida a los cortos. ¿Pero no es bastante el facilismo de este espacio, basado en llenar una hora con imágenes de películas (muchas veces repetidas a manera de un incansable loops) mientras escuchamos largos monólogos críticos en off?

Quienes hemos trabajado en televisión, sabemos que hay que ser creativos para llenar una hora. No es fácil. Quince o veinte minutos de un cortometraje, precedidos de una claqueta de títulos, es algo absolutamente creativo y admirable. Pero ojo esa creatividad y admiración no tiene que ver con la producción del programa (que seguramente tiene un sueldo establecido) si no con el realizador del corto. No me parece justo.

El canal web pretende solicitar cortos y mostrarlos al mundo. ¿Quién gana?, pues la página web ¿o acaso me equivoco? Más contenido de interés, más visitas y seguramente más posibilidades de auspiciadores. Es decir, un incremento en su negocio. Y que mejor si no se pagan derechos o regalías. Porque acá no se habla de hacer negocio juntos. No hay una reunión de realizadores con programas de televisión o páginas web con el fin de negociar y tratar de encontrar una fórmula no muy complicada.

¿Qué pasaría si en vez de emitir cortos gratis para el mundo se trata de hacer la gestión de que una empresa auspicie el bloque o el contenido? Por ejemplo, que El Corto de “El Placer de los Ojos” sea auspiciado, digamos, por una compañía de telefonía interesada en incentivar la cultura. O de repente por una pollería. No es cuestión de pedir mucho dinero, pero sí algo básico para que el realizador pueda sentirse remunerado, sin que el canal lógicamente deje de percibir su parte. Por último si no hay plata, en televisión hay algo llamado canje (que no considero lo ideal, pero al menos es mejor que nada). Lo mismo pasa con la página o canal web. Contactos deben haber y no hay peor trámite que el que no se hace.

En el caso de la pollería Roky’s, exhibir cortos como parte de una estrategia de marketing parece adecuado y muy barato, comercialmente hablando. Comprar un proyector Sony de 2 mil lúmenes cuesta poco más de mil dólares, con ecran incluido. La inversión no es escandalosa y el rebote de prensa bastante conveniente. Además, el proyector queda o se vende luego. El contenido es gratis. Y mejor aún si pongo ciertas reglas. Digamos que el espectador es engatusado por el siempre acogedor olor del pollo a la brasa y se pide un cuarto de pollo. Ganancia, ganancia y más ganancia. Todo acompañado de promoción, promoción y más promoción. Y si les gusta el pollo, pues fidelización, fidelización y más fidelización.

Una cadena de pollerías como Roky’s no podría ser más asolapada y al menos fijar un premio. Porque ojo hasta ahora no lo hay. Sólo un certificado de participación en dicho festival y un reconocimiento especial al participante de mayor aceptación en el público. ¿Reconocimiento especial? ¿De qué reconocimiento estamos hablando? ¿Un diploma más bonito? ¿Una porción de papas fritas? ¿Dos palitos de anticucho? ¿El trofeo el Pollo de Oro? No se pasen, pues. Disculpen, pero así como están planteadas las cosas no me parece algo que incentive el cine.

Es posible que en todos los casos mencionados, la intención sea buena, pero si es así, creo que hay formas de apuntalar ese incentivo de mostrar el arte sin dejar de lado el tema de derechos o regalías. ¿O acaso cuando los cortos se exhibían en los cines, una parte de la entrada no era para los productores de éstos?

Pecando de repetitivo, acepto y admiro un esfuerzo cultural y sin fines de lucro como "La Noche de los Cortos”, pues se convierte en una buena vitrina para los jóvenes cineastas. Tanto así que la creación de un Festival dentro del mismo ciclo de exhibición se hizo inmediata y ahora es de nivel internacional. Y todo empezó con una idea personal y bien intencionada que ha logrado posicionarse. Entonces porqué una empresa consolidada (como Roky's o TV Perú) no puede hacerlo, promocionándose (estaría en su derecho), sin acomodarse a la ingenuidad de muchos jóvenes cortometrajistas. Una cosa es un concurso o una muestra al margen de una marca y otra el buscar contenido o promoción valiéndose del trabajo de otros. Así, volvemos al principio, señores: Estudiar comunicaciones, trabajar en medios audiovisuales, hacer cortos o largometrajes es un trabajo y como todo trabajo debe ser remunerado. Es urgente inculcar esto a los nuevos comunicadores audiovisuales, cineastas, productores. Así evitaríamos tantos universitarios trabajando como practicantes, sin siquiera recibir una mínima remuneración que cubra al menos sus pasajes o su almuerzo (si no me creen, pregunten cuando gana un practicante en Panamericana TV… ¿Adivinaron? pues NADA).

Acá se han acostumbrado a que todo parezca ser un favor. O sea… “como nadie quiere exhibir tu trabajo… yo sí te lo paso… pero ojo no me pidas nada a cambio… esto es un favor que yo te hago así que no te me pongas exigente”. Jóvenes hipnotizados por paladines del cine peruano, que finalmente sacan provecho, sin querer queriendo, del “trabajo” ajeno. Finalmente si alguien quiere compartir su trabajo, pues hay otros mecanismos. Júntense, interesen a un local, alquilen un proyector, pidan uno prestado, vendan su corto por Internet. Traten al menos de ganar o recuperar algo de lo invertido. Hacerlo no los va a hacer menos artistas. Por el contrario. Ganar dinero no es venderse al sistema o comercializarse, es incentivar el orgullo por nuestra profesión. Si logramos vivir de ella, produciremos más y más cortos y de allí más y más largos. Ganaremos experiencia y, ¿porque no? invertiremos de la nuestra para la creación de una industria.

Un dato adicional: Una empresa de telefonía actualmente lleva y exhibe, como parte de su campaña de marketing y promoción, películas peruanas en lugares donde no existen cines (digamos, un “Nómadas” con interés promocional). Hace un tiempo un buen amigo me comentó la idea y yo le expliqué mi posición como cineasta. Luego de varios meses, cuando el proyecto se puso en marcha, este amigo me llamó para comprar los derechos de “Talk Show” y así poder exhibirla. Sí, esta empresa compró los derechos de la película por un número determinado de exhibiciones. Otras películas peruanas también fueron adquiridas. Como ven, hacer negocio no es imposible. Que el cine sea un arte no quiere decir que se deba trabajar por amor al arte.

Foto 1: Cadena de favores: Pensar que el cine peruano depende de los favores que algunas personas nos puedan hacer, es realmente un error. Nadie dice que la ayuda es mala, pero debemos entender que el cine necesita de un soporte económico y no sólo vivir de supuestos favores.

Foto 2: Practicantes: Los enfermeros de "Scrubs", la divertida serie norteamericana, ascienden posiciones y se convierten en profesionales con una remuneración que se incrementa año a año.


Foto 3 y 4: Jóvenes talentos: Hacer un corto en el Perú demanda mucho esfuerzo. Valorar esto es tratar de recuperar lo invertido y si es posible ganar algo. Eso traería continuidad. Algo que deberían tener en cuenta tanto los cortometrajistas como las empresas que desean difundir sus trabajos en pos de alguito de promoción.


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NO ME ACUERDO


Luego de tres películas, finalmente Jason Bourne parece recordar todo sobre su pasado en “Bourne: Ultimátum”, actualmente en cartelera. Buen momento para que, aunque suene contradictorio, recordemos algunas películas que tienen que ver con la pérdida de la memoria. Definitivamente hay muchas más, incluyendo esas en donde los personajes recuerdan todo, pero prefieren hacerse los locos. Sin embargo, como siempre, esta es una lista absolutamente personal. Si omití alguna película es que consideré a otros títulos como más representativos, quizás no la he visto o simplemente me olvide de ella. Disculpen, la memoria es frágil. Quienes quieran refrescarla, bienvenidos.

10. MUERTO OTRA VEZ: Gran actor y director, Kenneth Brannagh realizó su segunda película “Muerto Otra Vez”, contando nuevamente con su entonces esposa Emma Thompson (participó en “Henry V”). Se trata de un laberíntico relato sobre pérdida de memoria y reencarnación. Thompson es Grace, una mujer víctima de amnesia que tiene sueños recurrentes de una vida pasada, en donde es asesinada cruelmente por su esposo. Brannagh es el investigador que trata de resolver el misterio, involucrándose sentimentalmente con ella, sin sospechar que ambos están a punto de repetir la trágica historia que Grace revive en sueños. Una película ampliamente recomendable. Recordemos que este año Brannagh estrena “Sleuth”, el esperado remake de la película dirigida por Joseph L. Mankiewicz, esta vez con Jude Law y Michael Caine en los papeles protagónicos.



09. EL VENGADOR DEL FUTURO: Arnold Schwarzenegger quiere unas vacaciones y no tiene mejor idea que implantárselas en la memoria. El problema es que al someterse a esto, sus recuerdos son agitados y se da cuenta de que no es quien cree ser. Se inicia así una alucinada búsqueda de la verdad, que incluye un rápido y tajante divorcio de su esposa de mentiritas Sharon Stone. Una aventura de ciencia ficción, muy bien llevada por Paul Verhoeven, quien realizó otras buenas películas como “Robocop”, “Bajos Instintos” y “Starship Troopers”. Lo más reciente de Verhoeven es “The Black Book”, realizada en su natal Holanda. Actualmente dirige “Azazel” con Milla Jovovich.



08. ABRE LOS OJOS / VANILLA SKY: Alejandro Amenábar llamó la atención de muchos con “Tesis”, pero su gran salto internacional fue “Abre los Ojos”. Eduardo Noriega es César, un joven que luego de un accidente automovilístico queda desfigurado, viendo truncado su amor por la bella Sofía (Penélope Cruz). Un giro inesperado hace que ella lo rescate de la depresión total y que inesperadamente su vida se torne demasiado perfecta para ser cierta. Dicho esto, la pesadilla empieza y César pronto se dará cuenta de que su vida perfecta sólo está en su cabeza. Todo lo demás, lo malo y lo trágico, ha sido borrado y cambiado por recuerdos creados por ordenador. Entre quienes se interesaron en la película estaban Nicole Kidman (quien sería dirigida por Amenabar en “Los Otros”) y Tom Cruise, quien compró los derechos e hizo su propia versión: “Vanilla Sky”. Para ella convocó a su amigo y gran cineasta Cameron Crowe, quien se apropió de la historia. Confieso que en un primer momento, la versión de Crowe no me entusiasmaba demasiado, pero a medida que ha pasado el tiempo ha ganado mucho. Sobre todo, en lo que respecta a su banda sonora, la propia cosecha de Crowe, que hacen que la cinta se desprenda en muchos aspectos de la cinta original. Ambas películas funcionan y en ambas aparece la bella Penélope Cruz.





07. EL HIJO DE LA NOVIA: Gran película argentina con Ricardo Darín como Rafael Belbedere, el dueño de un restaurante, quien cansado y con miles de problemas, entre sentimentales y económicos, decide venderlo. Su vida cambiará cuando su padre (Hector Alterio) le anuncie que desea cumplir un viejo sueño de su madre: casarse por la iglesia. Ella está recluida en un centro de reposo y padece de Alzheimer, lo que ocasiona que poco a poco vaya perdiendo la memoria. Dirigida por Juan José Campanella, se trata de una cinta encantadora. De esas que los críticos llaman despectivamente “condescendiente”. Pero también la vida tiene finales bonitos. A veces creo que muchos críticos olvidan o esquivan los buenos momentos que seguramente ellos mismos tienen.



06. ROBOCOP: Nuevamente Paul Verhoeven detrás de una historia futurista, con una suerte de criatura (a lo “Frankenstein”) creada por una enorme corporación encargada de la seguridad de la ciudad. Mitad humano, mitad robot, Robocop ha sido construido teniendo como base el cuerpo del malogrado oficial Murphy, quien fuera masacrado por una horda de sádicos criminales. Aunque supuestamente sus recuerdos deberían estar perdidos, Murphy poco a poco irá recordando su vida humana, tratando finalmente de convencer a sus superiores que dentro de esa feroz maquinaria, plagada de metal, poleas y armas, aún existe un hombre capaz de decidir por si mismo. Brillante.



05. IDENTIDAD DESCONOCIDA: El título original fue “The Bourne Identity” (“La Identidad de Bourne”) y obviamente nos presentaba por primera vez al implacable Jason Bourne (Matt Damon), quien aparece flotando en medio del océano sin atisbos de memoria. Encontrar su identidad es ahora algo trascendental y sería sencillo si no fuera porque Bourne será perseguido por profesionales asesinos contratados por las más altas esferas del gobierno. Bourne no tendrá más remedio que defenderse con todas sus armas. Y como ser una maquina de matar es como montar bicicleta, es decir, es algo que no se olvida, Bourne no permitirá que lo atrapen tan fácilmente y dará la lucha. Intensa cinta dirigida por Doug Liman que cuenta con una soberbia actuación de Matt Damon. Luego llegaría “La Supremacía Bourne” en la que el protagonista continúa tratando de recordar, algo que en la tercera parte, “Bourne: Ultimátum”, finalmente logra, con todas las consecuencias que esto arrastra. Ambas películas fueron dirigidas por Paul Greengrass, el mismo de la impresionante “Vuelo 93”.



04. MULLHOLLAND DRIVE: Una pesadilla surrealista elucubrada por el genio de David Lynch. Rita (Laura Harring) es una mujer que sobrevive a un accidente automovilístico. Ella pierde la memoria y llega hasta donde Betty (Naomi Watts), una aspirante a actriz con quien inicia una inquietante relación. Lo que sigue es una real pesadilla, en la que realmente no interesa el argumento si no las sensaciones que el director David Lynch nos transmite. Alucinada y perturbadora, “Mullholand Drive” (acá fue titulada “El Camino de los Sueños”) es una película valiosa y absolutamente fuera de lo común. De lo mejor de la filmografía de David Lynch, realizador de películas como “El Hombre Elefante”, “Terciopelo Azul”, “Wild At Heart”, entre otras. Ojo con la impresionante actuación de Naomi Watts.



03. ETERNO RESPLANDOR DE UNA MENTE SIN RECUERDOS: Un talentoso equipo reunido para una película única. “Eterno Resplandor…” es la historia de Joel Barish, quien acongojado por el rompimiento con su novia Clementina y su decisión de olvidarlo completamente, resuelve someterse a una extraña operación que hará que los malos recuerdos provocados por su ruptura sean eliminados. El problema es que durante el proceso, los buenos momentos también se evaporan, algo que en el camino Joel tratará de evitar, luchando con su subconsciente y tratando de mantener inalterable su memoria. Una película tan brillante como delirante. Actuaciones absolutamente extraordinarias, con un Jim Carrey contenido y tímido demostrando lo buen actor que es y una adorable Kate Winslet en vertiginosa interpretación.



02. RECUERDA: Hitchcock en su máximo esplendor. El Dr. Edwards (Gregory Peck) llega hasta una institución mental como reemplazante del renombrado Dr. Murchinson. La Dra. Constance Peterson (Ingrid Bergman) lo recibe y pronto se siente atraída por su colega. El problema es que el Dr. Edwards no es quien dice ser, pues se trata de un impostor que sufre de amnesia. Ya enamorada, la Dra. Peterson decide ayudarlo a recuperar la memoria, pero todo se complica cuando la policía encuentra el cuerpo sin vida del verdadero Dr. Edwards. Como de costumbre el director Alfred Hitchcock nos envuelve en una increíble intriga, plagada de sobresaltos y grandes momentos. Uno de ellos, y uno de los más famosos, es la onírica secuencia, diseñada por Salvador Dalí.



01. AMNESIA: Imposible no recordar esta película cuando se habla de amnesia. No solamente porque fue el título que se le dio en español, si no porque “Memento” (su título original) es una de las que mejor ha tratado el tema de la perdida de la memoria. En realidad, y pese al título en español, Leonard (Guy Pearce) aclara, en un momento del film, que no padece de amnesia, si no de una rara enfermedad que le provoca que cada corto periodo de tiempo se borre irremediablemente su memoria. Para contrarrestar esto, toma fotos y se tatúa el cuerpo con palabras que lo mantengan atento y al tanto de lo que le pasa a cada instante. Pero lo realmente extraordinario de esta película es que está narrada al revés. Es decir, el director Christopher Nolan nos muestra y descubre los sucesos bajo el punto de vista de Leonard. Sabemos tanto como él y nos percataremos de la intrincada trama sólo viendo el final de la película, que en realidad es el comienzo de la historia. Es cierto, tenemos que estar atentos a todo, pero todo está tan bien hilvanado que es imposible desprenderse de la pantalla. Guy Pearce, Carrie Anne Moss y Joe Pantoliano colaboran entregando sensacionales actuaciones. De visión obligatoria.


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EL CINE QUE LES GUSTA A MIS HIJOS (PARTE 1)


Es raro ver los distintos gustos de mis hijos en cuanto a películas. Podría pensarse que teniendo un padre absolutamente fanático y apasionado por el cine, es imposible que ellos vivan alejados de la pantalla grande. Pues felizmente (y lo digo no porque sea malo sino por la absoluta independencia y total seguridad que tienen de elegir) no todos son entusiastas acérrimos del séptimo arte. El cine siempre ha estado allí, pero cada uno tiene una forma distinta de acercarse a él, de disfrutarlo.

EPISODIO 1: ALAIN Y LO QUE NO LO ABURRE

Alain tiene 16 años y casi nunca, por no decir nunca, va al cine. Mientras algunos en casa nos emocionamos por la llegada a las salas de “Los Simpsons”, “El Hombre Araña 3” o “Duro de Matar 4”, Alain vive relajado pensando en su próximo partido de fútbol, su campeonato de Counter Strike, la fiesta del fin de semana o en su enamorada. Ninguna película lo perturba, ningún estreno le produce ansiedad o necesidad por correr al cine. Vive tranquilo, no se estresa. Total, después puede ver cualquier película cómodamente en casa, gracias al DVD.

No es que no le guste el cine, simplemente para él es una diversión más, como lo es jugar Playstation o hacer las más inusitadas bromas. Su acercamiento es el de un espectador en busca de entretenimiento. Le gusta reírse, divertirse. No sabe de críticas y puede dormirse con total libertad en el cine viendo “X-Men” si siente que hay momentos aburridos. Para un crítico o cinéfilo pomposamente artístico, puede ser motivo absoluto de espanto. “Por eso el cine está como está”, dirían. Pues sí, Alain es mayoría. ¿Pero eso es realmente malo? Si bien uno lamenta que la existencia y apertura de más salas de cine no haya sido proporcional a la variedad de nuestra cartelera y que el monopolio de las distribuidoras gringas sea exagerado, no podemos negar que el cine es un negocio y que las leyes de la oferta y la demanda deben ser aplicadas. No defiendo a las distribuidoras (falta poco para contar mi experiencia con una de ellas), pues sus exigencias, manipulación y coacción son cosa de todos los días. Los exhibidores "probablemente " no tengan más remedio que ceder. Sin embargo, las películas en su mayoría están hechas para el público y no para los críticos. Un público que va al cine, despojado del análisis y buscando simplemente miedo, risa o llanto. Es decir, emociones.

Alain quiere reírse. Si la película lo logra, será sin duda una de sus favoritas. Para él las películas se dividen en divertidas y aburridas. No hay más. Su aproximación es sincera y sin poses “culturosas”. Es lo suficientemente inteligente y seguro como para decir, con absoluta honestidad y sin artilugios de por medio, si algo le gusta o no (una lección que he aprendido y que recomiendo a muchos críticos tomar en cuenta). Entre las muchas cintas que revisa constantemente con una amplia sonrisa están “Pelotas en Juego”, “Zoolander”, “Johnny English”, pero también “Gol” por razones netamente futboleras (la primera parte, pues la segunda le aburrió). Pero si hay dos películas que prefiere estas son “Starsky & Hutch”, con Ben Stiller y Owen Wilson, y “Escuela de Rock”, la comedia de Richard Linklater con Jack Black. Las disfruta, se ríe de buena gana y cada que puede las comparte con sus amigos. No le interesa el Oscar, las estrellitas de El Comercio, la crítica de El Placer de los Ojos, la de El Domingo de La República o la de algún blog concienzudamente cinéfilo (probablemente ni sabe que existen y si lo sabe no le importa). Sus gustos son así, sin influencias mías o ajenas y probablemente no cambiarán nunca. Ojalá... Continuará.
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SOUNDTRACK DE LA SEMANA: MI GENTE - MARC ANTHONY



Mucha controversia ha traído el estreno de "El Cantante", el biopic sobre el salsero Hector Lavoe, protagonizado por Marc Anthony y Jennifer López. Desde un comienzo, muchos no vieron con buenos ojos este proyecto, realizado a mayor gloria de la pareja protagónica. No por nada J. Lo es también productora del film.

Entre quienes han levantado su voz de protesta están el salsero Willie Colón, quien ha lamentado que los realizadores hayan hecho una película sobre "puertorriqueños drogadictos". La propia hija de Lavoe, Leslie Pérez, ha expresado su malestar, al sentirse herida por la manera en que la cinta presenta todo lo negativo de su padre. Cheo Feliciano, Ismael Miranda y Domingo Quiñones, los dos últimos con apariciones especiales en el film, son otras personalidades que han criticado duramente el biopic, afirmando que a los productores se les fue de las manos.

En todo caso, el cargamontón salsero debe haber servido para alimentar la curiosidad de muchos por "El Cantante". Por ahí se mencionaron posibles nominaciones al Oscar, pero el tiempo se ha encargado de diluir estas especulaciones. Lo cierto es que las críticas han sido mixtas y dos de ellas me parecieron bastante divertidas: Elizabeth Weitzman del New York Daily News, afirma que la película no debió llamarse "El Cantante" sino "La Esposa", debido al excesivo protagonismo de Jennifer López. Por su parte Roger Ebert ha dicho que los productores aún no logran responder una pregunta crucial: "¿Porqué necesitamos ver la película y no sólamente escuchar la música?".

Sea como fuere "El Cantante" debería llegar pronto a nuestras salas y despejar así nuestras dudas sobre este esfuerzo personal de la pareja López - Anthony. Por lo pronto aquí está el video de "Mi Gente", tema del "cantante de cantantes" en la voz de Marc Anthony.
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"Para mi, el cine son cuatrocientas butacas que llenar". (Alfred Hitchcock)

Música de un Cabeza Hueca

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