Febrero 2006. Playas de Villa. Un grupo de cineastas llega hasta el lugar dispuesto a filmar una de las últimas escenas de “Talk Show”. Nos acompañan, además del equipo técnico, el actor Roger Del Águila, protagonista de la película, la modelo Grecia Solano, y cuatro jóvenes extras, entre ellas mi hija Macarena.
El sol nos agobia. Los técnicos en short y polo cargan los pesados equipos y se preparan para iniciar el rodaje. Nos morimos de calor. Yo, como director, me dedico a dar las últimas indicaciones a los actores. “Que bueno sería darnos un chapuzón en el mar”, pienso. Pero no, inmediatamente descarto la idea, primero está el trabajo. El productor Guayo Cayo y su frondosa barba sudan la gota gorda, mientras Cielo Garrido, la productora ejecutiva, corre de un lado a otro esperando que todo marche perfecto. Nadie piensa en el mar, sólo yo. Soy un irresponsable.
Por su parte la bellísima Grecia se prepara para la escena en la que lucirá un coqueto bikini. Eso sí, en medio del sol, la sesión de maquillaje es inevitable. Lo mismo sucede con Roger, quien enfundado en una pícara tanga negra es maquillado. Se muere de calor, algo que se acrecienta con los polvos que el buen maquillar Max Revollar le coloca en el rostro y en el brazo, tratando de ocultar su tatuaje.
Mientras tanto Coqui Gálvez hace las veces de booman y prueba el peso de la caña. Yo me encargo de tomar algunas fotos para el recuerdo y para la publicidad y Johnny Grados, coordinar de producción, y Juan Carlos Rodríguez, asistente de dirección, ajustan los últimos detalles y no dejan de filmar para el detrás de cámaras.
Pese al calor, el ambiente es bueno. El respeto se siente y todos colaboran. Martín Carrilo, nuestro script, chequea los detalles de la continuidad, mientras recibimos a un equipo de Panamericana Televisión que cubrirá el rodaje. Pobres, están en polo y pantalón, cargando pesados equipos. El calor aumenta. Todos sudamos, incluso Grecia que está en bikini.
Empieza la filmación y todo sale perfecto. Es el último día de rodaje con Roger. Termina su texto todos aplauden. Entonces las cámaras de la “mejor” ventana empiezan a entrevistarnos. Aceptamos gustosos, es promoción para la película. Luego de seis horas en medio del sol y la arena, la filmación ha terminado. Nunca nos metimos al mar. Ni nosotros, ni los actores, ni los extras, ni la gente de Panamericana. ¿Porque? Pues la respuesta es simple. ¿Discriminación? No, simplemente porque estábamos trabajando.
Eso pasa en las filmaciones y nadie habla de discriminación. Fiorella Rodríguez, mi esposa, siempre me comenta con una sonrisa en los labios su experiencia de grabar en Paracas la telenovela "Lluvia de Arena". Me comentaba que a veces terminaban de grabar a las 3 de la madrugada y en ocasiones especiales, cuando necesitaban filmar amaneceres, era citada esa misma madrugada a las 5. Claro, me parece un exceso, pero nadie hablaba de maltratos ni discriminación y menos reclamaba un tiempito para meterse al mar.
Cuando se graban comerciales en las playas, nadie se baña mientras se filma, a no ser que el guión requiera a chicas corriendo por la orilla. Por ahí cuando termina el rodaje alguien decida zambullirse en el agua, pero usualmente el tiempo es dinero y es más importante desarmar todo para regresar a descansar a casa. ¿Es eso discriminación? No lo creo.
Mi hermano trabaja en un banco y para ello religiosamente se coloca un terno. El sol infernal debe atontarlo, aunque a estas alturas ya debe estar acostumbrado. Me pregunto si alguien se animaría a hacer una marcha por los empleados bancarios con pancartas que digan “no al terno”. Sería una estupenda idea para un capítulo de la serie "The Office", la inglesa o la americana da igual las dos son excelentes. De repente habría que planear algo a favor de los guachimanes, quienes enfundados en su camisa marrón y con sus inmensos chanca buques se dedican a vigilar diversos lugares, incluso en exclusivos balnearios. ¿Alguien reclama porque no se bañan en las playas? ¿Y qué me dicen de los policías que cuidan nuestro litoral? ¿Alguna vez han visto un patrullero estacionado mientras los oficiales disipan el calor con un chapuzón en el mar?
Una cosa es protestar contra el abuso de poder, la falta de respeto, los maltratos en los trabajos, la dignidad laboral que debe ser reclamada e instituida por el propio trabajador, incluyendo las empleadas del hogar. Pero organizar una marcha demandando que ellas se bañen en el mar a la hora que deseen me parece por demás ridículo.
Pienso que ser empleada del hogar es un trabajo en el cual, como en todos los trabajos, se imponen ciertas reglas. Esas reglas no tienen porqué ser discriminatorias, simplemente son reglas tan básicas como no fumar en ciertos sectores de una empresa o cumplir horarios o ponerse obligatoriamente saco y corbata o uniforme en el caso de las secretarias de algunas empresas o de los mismos policías y guachimanes. Ellos aceptan las reglas porque le parecen justas y principalmente porque no atentan contra sus principios.
Es posible que no siempre suceda y se permitan abusos debido a la necesidad. Pero para evitar eso hay que educar. Bañarse o no en el mar, es algo accesorio que depende de cada empleador. Es decir, si fuera mi caso, estoy seguro de que mandaría a mi fiel Amparito, una gran trabajadora y una mejor amiga y ser humano, a que se relaje en el mar. Es una mujer responsable y confío plenamente en ella. Entonces no veo nada de malo permitirle un descanso en el mar. Esa sería mi opción. Eso sí, si alguien me reclamara por permitir que se bañe a las 10, 11 o 12 del dìa, simplemente lo mandaría a la mierda. No hay cosa peor que la gente que cree que por tener una casita en la playa tambièn es dueña del mar. Quienes acatan sin chistar reglas ridìculas propuestas por estúpidos, pues son unos idiotizados borregos. Pero ojo así como hay abusos de un lado, también los hay del otro. En todos lados se cuecen habas y no faltan quienes aprovecha para relajarse, en el mar o donde sea, en vez de cumplir con su trabajo.
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Cuando Calienta el Sol
Tanto una cosa como la otra están mal. Y a eso justamente voy. Creo que es difícil que se imponga una ley para ver a qué hora alguien puede bañarse. El mar es de todos y todos tenemos derecho de disfrutarlo. Todo pasa por un trato entre empleada y empleador. Cada jefe tiene su propio trato con sus trabajadoras. Eso ocurre en todo el mundo: poner las reglas de la pequeña empresa que es nuestro hogar es importante tanto como que esas reglas sean aceptadas y aprobadas por la trabajadora. Repito, lo que no se debe permitir es el abuso y la estupidez. En eso estoy totalmente de acuerdo y eso pasa por un tema de educación, cultura y principalmente autoestima. Es fundamental no confundir las cosas y no distraer con una simple zambullida asuntos más importantes.
Foto 1: Fin de Fiesta: Roger Del Águila y Grecia Solano (agachada) se despiden del rodaje de "Talk Show" junto a cuatro simpáticas y colaboradoras extras, luego de una larga y calurosa jornada de rodaje en las playas de Villa.
Foto 2: Cámara, Acción: El equipo de "Talk Show" en pleno listo para una escena. Ni el frío ni el calor hizo que el entusiasmo decallera. Tampoco las críticas.
Foto 3: Si no hay solución... : Sensacional serie "The Office", protagonizada por Steve Carrell. ¿Protestaran para no usar terno en verano?
Foto 4: De armas tomar: Empleadas del hogar protestan para poder bañarse en las playas de Asia. Una marcha en contra de los maltratos, de la falta de respeto, de los abusos, de la falta de autoestima quizás hubiera sido más adecuado.
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