Pues bien. Empezó. Sí, las tan aterradoras críticas comenzaron a aparecer en los medios. Estrellas, puntos y demás empiezan a calificar cuál rey en circo romano la calidad de una obra. La víctima esta vez es Talk Show , mi ópera prima, mi debut en el cine como director, mi primera película.
Empezaré diciendo que trato de entender a la mayoría de críticos, quizás por haber estado en sus filas por algunos años, aunque soy sincero al decir que yo siempre me consideré una especie de infiltrado. Confieso además que en algún momento me dejé seducir por ese inmenso poder que te da la crítica. Bueno al menos eso creía yo o me hicieron creer, pues hoy me doy cuenta que el poder de la crítica en el Perú es cada vez menor.
Parecerá muy cómodo que lo diga ahora, pero en realidad desde que dejé de escribir, los críticos de cine se han puesto aún más "críticos". Quizás porqué después de más de seis años, han envejecido y con ellos su idea de como debe ser el cine. Es decir, se han puesto más tercos (algo que viene de la mano con la vejez) y han perdido totalmente la perspectiva, desvinculándose de su principal público: los lectores.
¿Alguien se ha preguntado alguna vez para qué sirve una crítica de cine? Yo lo hago continuamente. Se supone, y lo digo inocentemente, que la crítica sirve para guiar al cinéfilo hacia el buen cine. Entonces siguen mis interrogantes, ¿buen cine para quien? Y me vuelvo a responder: para los especialistas que ven el cine desde una perspectiva distinta. ¿Una perspectiva distinta a la de quien?. Me respondo otra vez: a la del público común y silvestre. En ese momento se jode todo. Pensemos, si el crítico tiene una perspectiva distinta a la del público como lo va a guiar adecuadamente.
Entonces ¿para que sirve la crítica si quien la lee no posee los mismos gustos, estudios y vivencias que el crítico? Mi conclusión es: La crítica no le sirve al lector común simplemente porque los críticos no escriben pensando en ellos. Y allí radica el primer error. La difusión del cine a través de la crítica debería ser justamente eso, difusión. Pero escribir para un grupito de amigos, para complacer a los demás críticos buscando su visto bueno es algo inútil. Entiendo que en los blogs se haga, pues finalmente la difusión es menor y justamente se hace para un grupo de amigos. Además, en estos blogs al haber posibilidad de réplica, éstos invitan a la polémica. Pero en un diario que se vende a nivel nacional, es algo simplemente ridículo.
Con esto estoy lapidando a la crítica ni digo que no debería existir. Por Dios, tampoco es eso. Me refiero a que la perspectiva se ha perdido completamente. Los críticos se han cerrado y muchos de ellos se han endiosado solos, incluso,criticando a nuevos críticos que no comulgan con algunas de sus ideas. La pérdida de visión es tal que incluso he leído críticas en las que se le falta el respeto al público común, tratándolo como si se tratara de una raza inferior que no tienen derecho a disfrutar del cine que suele ver.
Otras veces arremeten contra la alicaida industria del cine. Por si fuera poco con la piratería, hay críticos que la legitimizan aduciendo que es la única forma de ver cine de calidad. Recuerdo un artículo indicando donde podían los cinéfilos exigentes encontrar dvd piratas ajenas al circuito comercial.
Es verdad, no todas las películas que deberían estrenarse se estrenan, pero es mezquino no admitir un gran avance, tanto en calidad de exhibición, como en variedad de películas. Este año, además de siete películas peruanas, se han estrenado películas argentinas, tailandesas, españolas, coreanas, etc. Hay mucho que avanzar, pero se está avanzando. Entonces seguir con la cantaleta, escribiendo cómodamente desde un escritorio, me parece ilógico.
Me da la impresión que a veces olvidamos que el cine también es un negocio, del cual muchas familias viven. Dirán que eso no importa, pues la labor del crítico es dar su punto de vista con responsabilidad, sin dejarse llevar por sentimentalismos. Pero desbaratar la industria en nombre del arte es simplemente increíble. Bien por ellos, bien por su trabajo, pero un poco de perspectiva y serenidad no les vendría mal a algunos.
Además, si su real interés es hacer y difundir el buen cine, lo más lógico sería que inviertan en él. No sólo tiempo sino también dinero. Está bien si no quieren hacer películas, pues probablemente sean pocos los críticos interesados en dar el salto a la dirección, pero porque no pensar en una distribuidora alternativa. Muchos ya tienen el suficiente tiempo y contactos como para comprar películas artísticas, probablemente a un precio acequible, y así convertirse en distribuidores. Si no les alcanza el dinero, pues reúnanse los interesados en traer buen cine, hagan una "chancha" y compren una película. Comprar un DVD y exhibirlo sin mayor permiso, tengo entendido que también es ilegal, al menos eso aparece en los originales antes de empezar la película. Entonces vociferar y no hacerlo, me parece muy cómodo.
Un buen ejemplo es el Festival Elcine, organizado por el Centro Cultural de la Universidad Católica. Empezó tímidamente en medio, cómo no, de críticas. Hoy ha crecido y las críticas siguen, pese a que, en muchos aspectos, algunos poderosos críticos han metido mano y han convertido el antes Encuentro de Cine en un Festival para ellos. Amigos cinéfilos que celebraban y no se perdían el festival, hoy me comentan que las películas se les hacen menos atractivas, justamente por las sienten distantes. "Ahora sólo hay películas para lo críticos", me comentó alguna vez un amigo.
Foto 1: Maleta con patas, perfecta para el pataleo.
Foto 2: Escena de "Hipnosis Mortal" (Oldboy, 2003), impresionante cinta coreana estrenada en Lima.
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